En el nombre del cine

Dos críticos con una visión del cine particular y a veces contrapuesta.

jueves, noviembre 02, 2006

Valoración de Infiltrados, mala traducción


El viernes pasado se estrenó en nuestras pantallas Infiltrados, la última película de Martin Scorsese, cinta sobre la que, por suponer el nuevo proyecto de un director tan aclamado como el italoamericano, me apetecía exponer mi valoración. Además, es la primera de los claras aspirantes a los Oscar que se han estrenado esta temporada, y este tema de los premios ya sabéis que a mí me fascina.

Pero antes de nada, aclaro que el público estadounidense ha ido a las salas no para ver "Infiltrated", que sería el equivalente inglés al título español pensando de forma apresurada, sino The departed, que viene a significar "el difunto".

Teniendo en cuenta la cantidad de difuntos que nos dejan las dos horas y media de metraje, me cuesta imaginar a quién puede aludir el título original de esta correcta pero sobrevalorada película.

Los asesinatos son la marca de la casa en la filmografía de Scorsese, realizador al que respeto pero del que nunca me he considerado admirador, al nivel de gran parte de la crítica especializada. Me sucede algo similar con Roman Polanski, cuyo caso particular abordaré en otro momento.

Evidentemente, me alegro de que el cineasta natural de Little Italy siga en activo y afronte nuevas historias, pero no suelo tirarme de los pelos por la emoción cada vez que se anuncia uno de sus nuevos rodajes. Es verdad que Taxi driver, Toro salvaje, Uno de los nuestros y Gangs of New York me gustaron, pero me cuesta admitirlas como grandes películas. Tengo que revisar sobre todo las dos primeras, pues las vi hace demasiado tiempo. Pero la impresión que me dejaron entonces no supone ubicarlas en el territorio de lo magistral.

Infiltrados, metiéndome ya en faena, es un policiaco bien dirigido, bien rodado, con el ritmo en ocasiones frenético que le gusta al director (lo que hace que verla en V.O. resulte complicado por instantes). Posee momentos intensos, pero al final se ve lastrado por algunos aspectos que juegan en su contra. La historia en principio no es tan original; para empezar se trata de un remake (Infernal affairs, 2002), que a mí de entrada me echan mucho para atrás. Considero a los remakes como la muestra más evidente de la decadencia de ideas originales en el Hollywood actual.

El filme cuenta con varias líneas argumentales que, a mi juicio, no se han desarrollado como conviene, de cara a que la acción pura y dura sea el motor principal de la película. Esta decisión conceptual repercute en que los personajes principales no estén retratados de la forma adecuada. Lo intrincado de la trama reclamaba un análisis más detallado del conflicto personal y emocional de los dos protagonistas, un policía y un mafioso que intercambian sus papeles y sobre los que pesa de forma constante el miedo a ser descubiertos. Al fin y al cabo, ese es uno de los propósitos de una película: el de aproximarnos a sus personajes y hacer que nos sintamos cercanos a sus problemas, que nos identifiquemos y suframos con ellos. Y en este caso no se ilustra del todo bien dadas las posibilidades que el tema ofrece.

¿Y de dónde se podrían haber sacado unos minutos para tratar estas cuestiones? Pues del triángulo amoroso, que a todas luces estorba y pretende enriquecer la trama de una manera ya demasiado manida. Viene a ser un intento de incrementar el antagonismo de los personajes principales, rivales natos, hasta niveles poco verosímiles.

Si bien la película cuenta con momentos dramáticos logrados, en los que la tensión está bien graduada (como la secuencia del encuentro entre Leonardo DiCaprio y su jefe policía en la azotea de un edificio, con todo lo que sigue a continuación), el guionista William Monahan (responsable del libreto de El reino de los cielos, de Ridley Scott, cinta que detesto) no ha podido evitar la tentación de enredar la historia en exceso. En la última media hora, sobre todo, los giros en el argumento y los golpes de efecto se agolpan buscando el "más rebuscado todavía".

La duración del filme tambié juega en su contra. Parece que Scorsese, en consonancia con otros directores importantes, no puede renunciar a las casi tres horas de rigor que emplea en la mayoría de sus películas (véase las dos últimas, Gangs of New York y El aviador). Demasiado bien tiene que estar contada una historia para que considere oportuna una longitud de metraje de ese calibre.

En el terreno interpretativo, tanto DiCaprio como Matt Damon, los infiltrados en cuestión, hacen un trabajo convincente, así como Mark Wahlberg, que me sorprendió gratamente. Sin embargo, el jefe del clan mafioso interpretado por Jack Nicholson se queda en una caricatura exagerada y forzadamente cómica de los delincuentes que Scorsese ha retratado antaño en la pantalla. Parece que este actor, para mí admirable casi siempre, se lo ha pasado muy bien en este trabajo; pero no consigue equilibrar adecuadamente los momentos distendidos que despliega su personaje con los serios. Más bien queda como un bufón y da la razón a los que afirman que Nicholson no es más que un histrión al que el arroz se le pasa más de una vez.

Infiltrados se aleja de ser la gran película que nos están vendiendo. Supone una muestra estimable de un género que, injustamente, suele ser minusvalorado en muchas ocasiones. Un filme a ratos entretenido, a ratos demasiado enrevesado, del que esperaba más. Quizá porque todavía ando buscando la obra maestra del venerado Scorsese.

De momento, que se conforme con mi 6,5 de nota final a su The departed, que no "Infiltrated".

4 Comments:

  • At 11:14 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Oh my god!!! Toro Salvaje no lo consideras una de las grandes de siempre???!!!
    Además, si piensas que Robert de Niro le obligó a hacerla para que se diera cuenta de sus problemas con lo que entra por la nariz (y mucho más!) más aún. Y Robert de Niro en esa peli...DIOS! Como casi siempre, obviamente, pero DIOS!!!!

     
  • At 6:00 p. m., Blogger Jaime Soteras said…

    Amigo comentarista, sé que Toro salvaje está considerada por muchos como un prodigio. Por eso digo que quiero revisarla próximamente, pero por la impresión que me dejó no la situaría en tal alto pedestal. Eso sí, lo de de Niro es indiscutible: está antológico.
    Que alguien nos devuelva a aquel Robert o espabile al actual.

     
  • At 5:01 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Como os prometí que haría en cuanto viera Infiltrados, aquí os escribo mi veredicto. De entrada, quiero advertiros que a mi las películas, en general, me gustan o no me gustan, así que sólo voy a daros mi opinión, porque de cine sabéis vosotros mucho más que yo. Y lo hago, más que nada, porque de tanto “discutir” hicisteis que me picara la curiosidad por ver la peli.
    Pues allá va: lo cierto es que me gustó mucho, pero me decepcionó el final. Para que voy a engañaros, esperaba que Leonardo DiCaprio viviera y se quedara con la chica, y también que el papel de ella tuviera más importancia en el desenlace de la historia. Pero, aparte de eso, creo que la historia está bien contada y me mantuvo enganchada todo el tiempo –cosa que cada vez es más difícil-; además, me encantaron los protagonistas.
    Creo que, finalmente, me quedé en un término medio entre los dos. P.D: Esta noche: Marea Roja.

     
  • At 12:17 p. m., Blogger Pliskeen (David Ribet) said…

    Scorsese en estado puro. Haciendo lo que sabe hacer.

    Es un remake? Que más da! Ojalá todos fueran así.

    Por cierto, los remakes se llevan haciendo toda la vida, aunque ahora proliferan más. Está Hollywood falto de ideas? Pues sí, no te lo discuto. Entre remakes, secuelas y adaptaciones de libros (best-sellers, claro), cómics (ya cualquiera vale) o videojuegos (los más perjudicados), la cosa está que da pena. Cuanto añoro la década de los 80...

    A lo que vamos, The Departed tiene unos agujeros en el guión que pueden molestar un poco en el seguimiento de la trama y tiene un triángulo amoroso que no tiene cabida en el film (y que se conveirte más bien en un estorbo). A parte de eso, los actores están a la altura, Scorsese se encuentra como pez en el agua y la historia engancha, impacta y hace que se disfrute de todo su metraje (y no como en Gangs of New York, donde sobraban entre 30 y 45 minutos de metraje realmente innecesarios)
    Di Caprio demuestra, una vez más, que es algo más que una cara bonita, aunque aún le faltan tablas y algo de carisma. Damon acoje su personaje con saber hacer. Nicholson resulta algo menos histriónico que de costumbre, aunque el final de su personaje no está a la altura (demasiado ridiculizado). Walhberg sorprende con su papel de cabronazo. Sheen y Baldwin solventes, como casi siempre. Vera Farmiga está pasable, pero lo peor es su personaje y no ella.

    Con todo, Marty realiza un buen film de polis, mafias y demás. Un género hehco a su medida.
    Aunque los giros finales están un poco metidos con calzador, la cosa no fragua en ningún momento.

    Saludos ;)

     

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